22 jul 2009

Dos Caras y el efecto WWE

Recientemente se anunció la salida de Dos Caras Jr. hacia los EU para enrolarse en las filas de la WWE, una contratación que había pasado por varias etapas sin llegar a una resolución en gran medida por cuestiones económicas.
Dos Caras no es el primer mexicano que ingresa en esta empresa, han sido varios y estéril sería una lista de ellos aquí, sin embargo, sí es probablemente el luchador que emigra en las condiciones más favorables, siendo un esteralista, con su carrera en plenitud, como una estrella, un gladiador consagrado.
Qué le espera al birrostro en tierras norteamericanas, primero que nada, los focos de las televisoras mexicanas, que dirigen su atención, lo sabemos, primordialmente a aquellos que encuentran el reconocimiento extranjero, por supuesto la cantidad de máscaras vendidas de Dos Caras se incrementará en todas las arenas del país, así como la popularidad del personaje.
Porque el reconocimiento hacia afuera no se queda sólo en las televisoras, parte del público mexicano ha caido en esta moda de alabar y apreciar a aquellos deportistas mexicanos que sean contratados en el extranjero, sì, que sean contratados, hoy día ni siquiera es un requisito el triunfo, en cualquier actividad deportiva, de pronto vemos en la calle playeras de equipos desconocidos antes de que un connacional la vistiera, es por esto que la figura de Rey Misterio Jr. es un ícono de la lucha mexicana, no lo es su calidad, que la tiene, no lo es ni siquiera su carisma, que también lo tiene, y de sobra, la razón de su popularidad es su incursión en el mercado gringo.
El ideal del mojado, el sueño americano, la reconquista, la venganza de Moctezuma, la revancha de 1847, el heredero de Pancho Villa, cualquier imagen que nos recuerde la eterna visión de superioridad que los norteamericanos creen tener sobre el resto del mundo sirve como discurso para adoptar íconos nacionales, símbolos patrios, representantes ejemplares.
Y no importa, que esos íconos se adapten y lleguen a asimilarse como parte de lo otro, lo importante es lo que se les rescata, el símbolo que se les impuso, que se les tatuó.
Ojalá que el público sume a su aprecio una exigencia de calidad, que no ponga en contraposición a luchadores que desarrollan su carrera en el país, que esto no sea un punto en favor de los que emigran, que se compare su desenvolvimiento arriba del cuadrilátero y no los espacios en la televisión y en programaciones extranjeras.
Qué chorote.

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