Triple A y el valor de los trofeos

Poco espacio hemos dedicado últimamente a la Triple A en los últimos tiempos y he aquí una de las razones para este olvido.
Hace unos días se transmitía por televisión un evento en el que se ponían en juego dos máscaras y dos cabelleras, Billy Boy, Sexi Star, Faby Apache y Aero Star, y esperamos no errar. Fue una lucha muy atractiva, sobre todo porque se desarrollaba al interior de una jaula y por la combinación de luchadores.
Al final, y después de muchas emociones, un buen espectáculo y un final dramático, Billy fue el perdedor y tuvo que entregar la cabellera a Faby Apache.
Dónde está el tache, se preguntarán, no está en la incesante mención de los enredos amorosos tan emotivos y ardientes dentro de esta empresa, no, el tache está en el final, cuando el peluquero sube a cumplir con la fatídica sentencia, apareció en la arena el Tirantes, acompañado de Konnan y varias chicas con pinta de modelos, encargadas, según él, de revolucionar la lucha femenil de México, que, en nuestra opinión, es de un nivel, por mucho, superior a la lucha femenil de cualquier otro país.
Para rematar apareció en escena el señor Joaquín Roldán a seguir el juego, hubo una invitación a Faby para ser de la Legión Extranjera (¿?), y luego la agarraron a golpes.
La crítica, repetimos, no está en el show, clásico y funcional de la empresa, esta en que todo esto dejó sin ningún valor al tipo que estaba siendo rapado en el centro del ring, a la tipa que recibiría el trofeo, el valor de la cabellera del gladiador quedó en segundo término, para la gente, para los luchadores, para el supuesto dueño, para los comentaristas, etc.
Así el asunto, este 18 de septiembre se expone una de las más preciadas cabelleras de los cuadriláteros nacionales, y nadie, en la arena, en la transmisión, en el ring, duda del valor de tan cotizado trofeo, ojalá estas cosas se copiaran antes que los conceptos y las modalidades de otros lares.